Educando la mente y al corazón también


Por: Adriana A. Gutiérrez Trillo

“Educar la mente sin educar el corazón, no es educación en absoluto”. – Aristóteles
Comienzo este escrito con este lema, debido a que es una frase que me ha marcado desde el comienzo de mi carrera y les explicaré el porqué de esto.
Cuando solicitaron mi participación en el boletín mensual, por la emoción o los nervios no sabía qué expresarles, solicité apoyo a mi School leader Irlanda Martínez de Colegio RIBERAS, quien muy atinadamente me enmarcó la particular característica de mi enseñanza, la cual siempre consiste en comprender el contexto del que provienen nuestros niños y hacer de mi enseñanza una en donde el amor sea un pilar.
Honestamente he enfrentado algunos desafíos para encontrar ese equilibrio entre disciplina (que es una clave de nuestra RED) y enseñar con amor. Pero siempre pienso -“¿qué es lo que estarán viviendo nuestros niños en su casa?”.
Con eso en mente, presento mis clases a través de un discurso más positivo. Por ejemplo, en vez de mencionarles a mis alumnos que aplicaré un “castigo”, les comento qué objetivo pueden o no alcanzar si cumplen con la indicación y siempre soy muy clara con las expectativas que tengo de ellos.
También procuro fomentar en el grupo un ambiente de fraternidad, en el que estén conscientes de que no solo cuentan con mi apoyo y el de la escuela, sino con el de sus compañeros también.
A continuación quiero compartirles algunas de las estrategias que pongo en práctica en mi aula y que me han ayudado a crear esta cultura de disciplina y amor. Las estrategias son:
-Apoyarme del discurso, continuamente menciono que comparten mucho tiempo juntos y por ello deben saber trabajar respetándose unos a otros.
-Anécdotas, les platico historias de cómo las amistades que entablas en la escuela pueden apoyarte en un futuro laboral, escolar, familiar, etc.
-Círculo mágico, en el que los alumnos se sienten en confianza de expresar cómo se sienten y por qué, sus compañeros escuchan con absoluto respeto y buscan la forma de apoyar o ayudar a su compañero
-Actividades extraescolares en fomentar la cooperación, les otorgo tareas para que aprendan a trabajar en equipo con sus compañeros fuera de la escuela.
-Cuando me comentan que coincidieron con algún compañero en algún lugar como la tienda, el parque, etc., inmediatamente les pregunto si se saludaron y presentaron a sus padres.
Me gusta pensar que estamos trabajando con un recurso no renovable que son nuestros niños, por lo que procuro que el tiempo que están conmigo sea un momento valioso y de gran aprendizaje que los ayude en su adultez. Un aprendizaje que los haga considerar, al igual que yo, que el amor es la herramienta que necesitamos para transformar la mezquindad del entorno. Y eso sólo lo lograremos si educamos tanto a la mente como al corazón mismo.  

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